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Blog de fallenangels
22 de Octubre, 2012 · Posecion

Lo que dice La Biblia sobre Posesiones


LA POSESIÓN DEMONÍACA


       Ha habido bastante interés en años recientes con respecto al tema de la posesión demoníaca. Este tema ha sido popularizado por un número de películas y programas de televisión. Es un campo que está cubierto en el misterio, la superstición, y absolutamente en la falsa enseñanza. La revelación de Dios para nosotros acerca de este tema puede no contestar toda pregunta que pudiera ser imaginada, pero es lo bastante suficiente para disipar nuestras dudas, temores, y la mucha falsa doctrina que está siendo enseñada en este respecto.

       Han habido varios intentos por explicar las narraciones de los espíritus inmundos encontrados en la palabra de Dios. Algunos, que tienen una tendencia hacia la incredulidad, han sugerido que nunca hubo tales cosas como un espíritu malo. Infieren que la idea de estos espíritus era solamente una superstición popular que era ampliamente aceptada en los tiempos bíblicos. Estos desconfiados afirman que Jesús y Sus discípulos hablaron de los espíritus malos solamente como un medio de acomodar esta creencia general de los Judíos, pero que realmente nunca afirmaron si tales creencias eran verdaderas o no. Generalmente estos argumentos tienden hacia la descripción de los individuos poseídos mencionados en las Escrituras como habiendo estado plagados con enfermedades corporales o la simple locura común y corriente.

       Hay suficiente evidencia en el texto inspirado para negar adecuadamente estas falsas nociones. Es verdad que aquellos que tuvieron estos espíritus a menudo mostraron los mismos síntomas externos de aquellos sufriendo enfermedades del cuerpo [mudez - Mat. 9:32; ceguera - Mat. 12:22; ¿epilepsia? - Mr. 9:17-27]. Otros parecían estar afectados con lo que parecía ser desordenes mentales (Mr. 5:1-5). No obstante, vemos a estos individuos poseídos distinguidos de los física o mentalmente enfermos en varias narraciones. Por ejemplo, en Marcos 1:32 leemos: "Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados". En Lucas 6:17-18 encontramos: "... una gran multitud de gente ... que había venido para oírle, y para ser sanados de sus enfermedades; y los que habían sido atormentados de espíritus inmundos eran sanados". Si estos no son prueba suficiente, una lectura casual de Marcos 5:1-16 deberá persuadir a aquellos que aún tienen una fe muy pequeña y débil en la inspiración de la Biblia. En este caso Jesús expulsó numerosos espíritus de un solo hombre. Estos espíritus inmundos entraron en un hato de cerdos y su resultante destrucción es testimonio conclusivo de que los espíritus inmundos eran reales, y no simplemente una leyenda de la gente usada para explicar los desordenes mentales o físicos.

       En adición a estas cosas, debemos comprender que cualquier explicación modernista de estos espíritus arroja una seria sombra sobre la integridad de nuestro Señor, y vuelve las Escrituras inservibles, estando de esta manera sujeta a la crítica sobre cualquier enseñanza dada. Si estos espíritus inmundos eran en realidad solamente explicaciones supersticiosas de un grupo de simplones ignorantes, entonces las hazañas de Jesús lo marcan como un charlatán engañador que usó la ignorancia de las personas para promocionar Su causa. ¿Quién se atreverá a acusar a nuestro Señor y Maestro, cuando sabemos que El "no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca"? (1 Ped. 2:22).

       La visión exacta de los espíritus inmundos, así vista en la Biblia, los muestra como seres reales que hablaron en sus propias personas (Mr. 1:24; 5:7). También hay indicación de que estos espíritus poseían un conocimiento que sobrepasaba a ese de las personas en que moraban, y que tenían un discernimiento y comprensión que sobrepasaba a los hombres en general. Por ejemplo, en Marcos 1:24, mucho antes de que los demás reconocieran realmente a Jesús, un espíritu inmundo dijo: "¡Ah! ¿qué tienes con nosotros Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios". Más allá de esto, de estos demonios se veía que eran capaces de un proceso de pensamiento lógico, como está registrado en Hechos 19:14-17, cuando un espíritu fue enfrentado por siete hermanos que pretenciosamente usaron los nombres de Jesús y Pablo. La respuesta a ellos fue "A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?" Otras narraciones los muestran estando destinados al juicio y castigo, y ellos estaban enterados de estas cosas (Mat. 8:29). Cualquier otra cosa que pudiera ser dicha de estos seres, podemos concluir que eran muy reales, tenían poder sobre los que poseían, y derivaban ese poder de Satanás mismo (Luc. 10:17-20; 11:14-19).

       Quizás la pregunta más importante para considerar acerca de estos espíritus inmundos es la pregunta de su existencia en nuestro tiempo. Muchas personas están atribuyendo varias acciones a los demonios hoy día, y por supuesto, las películas modernas han representado la posesión demoníaca en las formas más vívidas.

    LOS DEMONIOS EN LOS EVANGELIOS
       Hay más de un "espacio de columna" dado a la actividad de los demonios en los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas que en cualquier otra parte en la Biblia. ¿Por qué? ¿Por qué tal dedicación inusual a un tema tan despreciable? ¿Y por qué este surgimiento inesperado de la actividad demoníaca? Sobre este punto en la Biblia, los demonios se limitaron bastante a sí mismos a aquellos que los buscaban; eso es, a aquellos que adoraban demonios o consultaban los espíritus. En el Antiguo Testamento, los hombres buscaron a los demonios. En los evangelios, ¡los demonios buscan a los hombres!

       Cuando abrimos las páginas del Nuevo Testamento, es como si hubiéramos abierto la caja de Pandora. Es como si todo el infierno estuviera atacando al pueblo de los días de Cristo. Quizás Satanás -- sintiendo la cercanía del acto predicho en el que se "aplastaría su cabeza" (Gén. 3:15) -- suelta millares de sus malignos privados para contrarrestar la obra de Cristo. Por tanto, no debemos sorprendernos al ver a los demonios atacando al pueblo a izquierda y derecha, con esfuerzo violento, con furia maniática. Es como si Satanás llamara a todos los demonios en el Abismo a una conferencia rápida. "Hey, compañeros. ¿Creen ustedes que este es un mal lugar? Bueno, Dios ha enviado ahora a Su propio Hijo para redimir a la humanidad. Luego, al final del tiempo, vamos a ser arrojados a un lugar que convertirá a este lugar parecido a una Escuela de Domingo. ¿Quieren eso? "¡No!" Entonces salgan de ahí y hagan lo mejor de sus maldades para detener esto. El lado dramático, el asalto que los demonios hicieron sobre los hombres, mujeres, niños y aún animales en los días de Jesús es terrible para contemplar.

    ¿Por Qué Se Le Permitió a los Demonios Entrar En Los Hombres?
       Wayne Jackson ha hecho un buen trabajo para contestar esta pregunta aturdidora. "Puesto que los demonios estuvieron obviamente bajo el control de Dios finalmente (Luc. 10:17 y Sigs.), ¿por qué se les permitió entrar y afligir a las personas del pasado? Aparentemente, la posesión demoníaca fue permitida divinamente por Dios para que la autoridad suprema de Cristo pudiera hacerse manifiesta. A medida que el Señor reveló Su control sobre la naturaleza (Mr. 4:30), la enfermedad (Mr. 1:12), las cosas materiales (Jn. 2:9), y aún la muerte (Jn. 11:44), así también debe el Hijo de Dios demostrar su poder sobre el mundo espiritual. Su poder sobre los espíritus inmundos proclamó el acercamiento de Su reino -- `Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros' (Luc. 11:20)" (Christian Courier, Vol. 20, Nº 2, Junio 1984). Aún a los seguidores de Jesús les sería permitido expulsar demonios (Luc. 10:17).

       Victor Hoven añade: "En el tiempo de Jesús estuvieron más activos que en cualquier otro tiempo, y esto parece haber sido permitido divinamente sobre la narración del conflicto entre Cristo y Satanás. La expulsión de ellos por parte de Jesús mostró públicamente Su poder sobre aquel cuyas obras El vino a destruir (1 Jn. 3:8). Para ese fin nuestro Señor consideró la expulsión de los demonios como un triunfo sobre Satanás (Mat. 12:28-29; Luc. 10:17-18)" (Bosquejos de la Doctrina Bíblica, Págs. 41-42).

    UNA RESPUESTA CRISTIANA A LA DEMONOLOGIA
       ¿Qué diremos acerca del "exorcismo"? ¿Qué es el exorcismo? ¿Practicaron el exorcismo Cristo y los apóstoles? ¿Qué de aquellos que afirman exorcizar a los hombres de los demonios hoy día? ¿Puede un cristiano expulsar demonios?

    El Exorcismo Definido y Distinguido
       Primero, entendamos lo que era y es el exorcismo. La Nueva Enciclopedia Sopena dice que exorcismo es "conjuro religioso contra el espíritu maligno". El diccionario Webster dice que exorcismo es "un hechizo o fórmula usada en la exorcización". Etimológicamente, la palabra significa expulsar espíritus malos por medio de encantamientos, conjuros, hechizos u otros medios de ritos mágicos. En este sentido, Jesús no fue un exorcista. Nuestro Señor no recurrió a tales medios para arrojar demonios. El testificó que lo hacía "por el Espíritu de Dios" (Mat. 12:28).

       1. Jesús nunca obró un exorcismo. Cuando se estudia el exorcismo, es esencial recordar que el exorcismo es un ritual designado para dispersar los malos espíritus. Jesús nunca obró un ritual en la expulsión de los demonios. Mateo declara que Jesús "... con la palabra echó fuera a los demonios ..." (Mat. 8:16). La autoridad que era suya invalidó en gran manera a esa de aquellos malos encontrados en algún momento: "Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros" (Luc. 11:20).

       Por tanto, el exorcismo es la ejecución de ceremonias, rituales y encantamientos especiales para atar o conjurar un espíritu malo y de esta manera forzarlo a obedecer el mandamiento de un exorcista de que se aparte de la persona atormentada. El oficio o profesión del exorcismo es tan antiguo como la creencia en la posesión demoníaca. En todas las culturas primitivas, prevalecieron los exorcistas, cada una utilizando una variedad de medios para su propósito. El exorcismo también existió en la antigua Grecia, Roma, y ciertamente en Europa en la Edad Media. Uno lee de los Judíos exorcistas ambulantes en Hch. 19:13 que practicaban el oficio del exorcismo para su propio beneficio. Estos exorcistas ambulantes no deberían ser considerados sobre el mismo nivel con Jesús y los apóstoles.

       Ni los discípulos de Jesús expulsaron demonios por medio del exorcismo. Fueron comisionados a expulsar demonios en el nombre de Jesucristo (Mr. 16:17). Los demonios se sometieron a los seguidores de Cristo por el poder y autoridad que El les dio. Cuando no creyentes intentaron usar el nombre Cristo en la expulsión de demonios, se encontraron con un funesto fracaso (Hch. 19:13-16). Ciertamente, la palabra "exorcistas" aparece solamente una vez en las Escrituras, Hch. 19:13. W.E. Vine define exorkistes como "uno que emplea una fórmula de conjuración para la expulsión de demonios" (Diccionario Expositivo de Palabras del N.T., Vol. 2, Pág. 103). Nuevamente, la expulsión Bíblica de demonios no incluyó tales ritos paganos.

       Hoy día se escucha bastante acerca de exorcismo. La práctica ha sido explotada en novelas y películas como "El Exorcista" y "El Agüero". La iglesia Católica Romana afirma que sus sacerdotes pueden exorcizar a las personas de los demonios. También muchos maestros carismáticos. Nos urgen a "afirmar la autoridad del creyente" y expulsar demonios, exactamente como lo hicieron Jesús y los apóstoles. Si nuestra fe es bastante grande, acorde a ellos, podemos sanar al enfermo, expulsar demonios y aún resucitar muertos. Obviamente, no aprobamos tales enseñanzas.

       La forma moderna de exorcismo se deriva principalmente de la ceremonia de exorcismo de la Iglesia Católica de la Edad Media expuesta en el Rituale Romanum, fechada cerca de 1620. Esta ceremonia particular es la orden de exorcismo oficial utilizada en la Iglesia Católica Romana desde el siglo diecisiete hasta el presente. La ceremonia de exorcismo es una combinación de oraciones y lectura de pasajes designados para subyugar al espíritu malo y forzarlo a apartarse de la víctima. El sacerdote, vestido en túnica púrpura, empieza la ceremonia por medio de decir la oración seguida con la lectura del Salmo cuatro y la invocación de la gracia de Dios contra el demonio. Luego es leída una porción de Juan 1 y Marcos 16. Siguiendo, el sacerdote ora por sí mismo y por su fortaleza en la ejecución de la ceremonia. Después de esa oración, el sacerdote recita: "Te exorcizo, muy vil espíritu, la mismísima encarnación de nuestro enemigo, el espectro entero, toda la legión, en el nombre de Jesucristo, sal y huye de esta criatura de Dios. El mismo te manda, El quién manda al mar, los vientos y a la tempestad. Escucha por tanto y teme, Oh Satanás, enemigo de la fe, adversario de la raza humana, productor de la muerte, ladrón de la vida, destructor de la justicia, raíz de los males ..." (R.H. Robbins, La Enciclopedia de la Hechicería y la Demonología, Pág. 186). Siguiendo a este exorcismo el sacerdote ofrece una segunda oración, apelando a Dios por el éxito en el esfuerzo, después de lo cual el sacerdote se ocupa en un segundo exorcismo: "Te conjuro, a ti Oh serpiente, por el juez de la vida y la muerte, por tu hacedor y hacedor del mundo ... No resistas, ni demores en huir de este hombre, en vista de que ha agradado a Cristo morar en este cuerpo, ... Dios el Padre te lo manda. Dios el Hijo te lo manda. Dios el Espíritu Santo te lo manda. La sangre de los mártires te lo manda". Esta porción central del ritual exorcista se repite varias veces para énfasis, invocando un vasto panteón de nombres sagrados. Con la conclusión de esta porción sermónica, son leídas oraciones, el credo, y salmos. Este ritual es repetido normalmente varias veces hasta que el resultado deseado es obtenido.

       Con la misma moneda, aquellos a quienes Jesús capacitó para expulsar demonios simplemente hablaron la palabra. A los Doce les fue dada autoridad para expulsar demonios en el bendito nombre de su Señor. Solamente nos es dicho que fallaron una vez a causa de la clase particular de demonio que requirió más fe, oración y ayuno.

       La autoridad de Jesús sobre los espíritus inmundos o malos aparece a través del evangelio de Marcos como en el caso del hombre poseído en la sinagoga. La declaración de Jesús al demonio fue, "¡Cállate, y sal de él!" (Mr. 1:25). Su poder también restringió a los demonios de hablar de él (Mr. 1:34). Jesús fue quien mandó a los demonios llamados Legión a salir de un hombre y entrar en un hato de cerdos (Mr. 5:13). En otro caso Marcos registra la firmeza de Jesús con el sencillo mandamiento, "Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él" (Mr. 9:25).

       La autoridad de Jesús sobre lo demoníaco fue dada a los 70, a los apóstoles, y finalmente, al apóstol Pablo. Los 70 discípulos enviados por Jesús fueron capaces de expulsar demonios por el nombre de Jesús (Luc. 10:17). Pablo no obró ningún exorcismo cuando dijo al espíritu que poseía a la doncella en Filipos, "Te mandó en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella ..." (Hch. 16:18). Tampoco hubo exorcismo envuelto en Hch. 19:11-12. Más bien el poder de Dios obró a través de Pablo. El único caso de exorcismo en el Nuevo Testamento viene a manos de algunos Judíos exorcistas, viajeros profesionales, que imitaron a Pablo en sus intentos por expulsar demonios. El resultado fue que el espíritu malo atacó a estos charlatanes ambulantes (Hch. 19:13-16).

       Los Setenta también fueron enviados con el poder y autoridad de expulsar demonios (Luc. 10:1). Regresaron de su misión con gran gozo, diciendo: "aun los demonios se nos sujetan en tu nombre" (Luc. 10:17). Eso, creemos, es la clave para entender la diferencia entre el exorcismo y el expulsar demonios. Uno depende del uso de la magia; el otro del poder divino. Expulsar demonios por meramente envolver el nombre de Jesús, como cualquier otra fórmula mágica, no es lo que Dios quería (o quiere) que los hombres hicieran. Los siete hijos del Esceva, exorcistas ambulantes profesionales, trataron de hacer eso y en lugar de expulsar los demonios, ellos mismos fueron expulsados de una casa por el demonio. También debe ser recordado que en el Juicio estarán aquellos que tratarán de convencer a Jesús que expulsaron demonios en Su nombre (Mat. 7:22). Jesús dirá a estos "exorcistas" que nunca los conoció. El nombre de Jesús es demasiado precioso para que incrédulos o artistas rápidos en saltar se arrastren alrededor en abono del exorcismo de los días modernos.

       ¿Podían los exorcistas en los tiempos bíblicos arrojar demonios, aún si esto fuera por algún otro medio aparte del poder de Dios? Quizás. Los hechiceros de Faraón fueron capaces de duplicar varios de los milagros de Moisés (Ex. 7:11,22; 8:7). El diablo es un imitador de Dios. El poder que da a los hombres malos no es tan grande como el poder de Dios, pero es lo bastante poderoso para engañar a los hombres (2 Tes. 2:9-11).

       La autoridad de Jesús y sus discípulos sobre los espíritus malos no necesitó del apoyo de los rituales exorcistas o supersticiosos. Los rituales exorcistas de los llamados "cristianos" entre el mundo sectario son el producto de los últimos siglos y no de la enseñanza de Jesús.

       2. El atamiento de Satanás fue prometido y cumplido. La profecía de Zacarías prometió que Dios lo haría cuando anunciara su reino espiritual de Dios, la iglesia. Hablando de ese día dice, "En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia. Y en aquel día, dice Jehová de los ejércitos, quitaré de la tierra los nombres de las imágenes, y nunca más serán recordados; y también haré cortar de la tierra a los profetas y al espíritu de inmundicia" (Zac. 13:1-2). Nótese que el artículo definido "al" aparece en la frase, "al espíritu de inmundicia". El espíritu inmundo es Satanás, y la profecía promete que con la inauguración del reino de Dios, Dios restringiría el poder y las actividades del espíritu inmundo, Satanás.

       Jesús reiteró la promesa de restringir a Satanás en Lucas 11:21-23. En este pasaje, Jesús fue acusado de expulsar demonios por el poder de Beelzebú, un dios mitológico lleno de inmundicia -- "el príncipe de los demonios". Jesús contestó, "Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín" (v.21-22). Este pasaje enseña que antes de Jesús venir al mundo, el hombre fuerte (Comp. "el espíritu de inmundicia" de Zacarías) ejercía su voluntad en la tierra. Aún el hombre que excesivamente fortifica su casa enfrenta el día cuando otro acumula suficiente poder para vencerlo. Así fue con el Reino de las Tinieblas de Satanás. Jesús declaró que había llegado el momento de atar al hombre fuerte. Satanás fue atado, pero no fue muerto o destruido.

       Las profecías de Zacarías y Lucas se combinan con Apocalipsis 20:1-2 para indicar el estado atado de Satanás: "Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años". El apocalipsis está lleno de imágenes apocalípticas, no obstante, los símbolos en estos versículos no son difíciles. Una llave y una cadena simbolizan refrenamiento o control. Satanás es claramente el recipiente del atamiento. Nótese que Juan describe el atamiento de Satanás -- no la destrucción o extinción de Satanás.

       La restricción del poder Satánico empezó durante el ministerio de Jesús, quien dijo a los 70, "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo" (Luc. 10:18). El origen de Satanás no es el tema de discusión, sino más bien la victoria ya disfrutada sobre Satanás por los setenta discípulos a medida que sanaban enfermos y expulsaban demonios.

       Para ilustrar el concepto del atamiento de Satanás, considere esta ilustración. Suponga que usted compra un feroz perro vigilante que requiere que se le encadene en su patrio trasero. Compra en la ferretería una estaca de acero y una cadena de 4 metros. Luego amarra fuera el perro a la estaca. Si se colocará a 5 mts de la estaca y ve al perro arremetiendo en su cara se sentiría muy inseguro aunque en realidad usted está protegido. No obstante, si se alejará a 10 mts de la estaca se sentiría mejor. Por otro lado, si se colocara solamente a 3 mts. de la estaca, no tendría bastante tiempo para contemplar la necedad de su decisión. La influencia de Satanás es sentida fuertemente hoy día, pero su poder total está mantenido en suspenso por Dios.

       3. Cristo fue victorioso sobre Satanás. La conquista de Jesucristo del agobiante poder de Satanás empezó con el ministerio de Jesús, lo cual afirma Juan: "... Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo" (1 Juan 3:8). La lucha diaria sostenida por Jesús contra el ataque furioso de Satanás (Mat. 4:1-10), reveló un Salvador que fue tentado en todo como nosotros, pero sin pecar (Heb. 4:15). La batalla contra Satanás fue ganada en la vida y ministerio de Jesús cuando fielmente soportó y contrarrestó las tentaciones de Satanás.

       A causa de la inhabilidad de Satanás para tentar a Jesús a pecar, el Señor dijo a sus discípulos, "... ahora el príncipe de este mundo será echado fuera" (Jn. 12:31). Desde la creación del hombre Satanás sistemáticamente infectó a todo humano con la enfermedad del pecado y de esta manera se proclamó a sí mismo como el "príncipe de este mundo". A través del reconocimiento de la misión y propósito divino, Jesús llevó a cabo lo que ninguna otra persona jamás pudo -- la derrota de Satanás.
       Puesto que la muerte es la consecuencia del pecado (Rom. 6:23), Satanás no poseía ningún reclamo legítimo o moral sobre el alma sin pecado de Jesús. Y aunque la vida de Jesús le fue quitada en la cruz, la muerte y Satanás no pudieron retener el alma pura y perfecta de Jesús quien no estaba sujeto a ellos. En tres días Jesús saltó del sepulcro triunfando sobre la muerte. Alabando su gran victoria, Pablo escribió, "Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz" (Col. 2:15). La palabra "principados" se deriva de la palabra griega archai, que usualmente significa poderes malignos o demoníacos. Aunque la palabra tiene otros usos, en este pasaje también como en Romanos 8:38 y Efesios 6:12 se refiere a los poderes malignos y demoníacos que amenazan el bienestar espiritual (Kittel I, 483; Arnd y Gingrich, Pág. 112; Thayer, Pág. 77). La cruz y la resurrección exhibió públicamente la derrota de Satanás por parte de Jesús (Col. 2:15).

       Pablo explicó de Jesús que, "... subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad ..." (Efe. 4:8). El pecado y la muerte son los captores de la humanidad conquistados por la vida sin pecado de Jesús. La imagen trae a la mente a un antiguo general que hacía desfilar a sus cautivos oponentes a través de las calles como una demostración de su victoria. Por tanto, Jesús llevó a Satanás cautivo. Como la victoria sobre Satanás, Jesús marca una senda espiritual para el hombre a través de las trampas del pecado (1 Cor. 15:45). El ejemplo de Jesús nos traza un camino de salida del mundo y el Príncipe de la potestad del aire (Efe. 2:1-2).

       ¿Puede Satanás arrebatar a un cristiano de la mano amorosa y protectora de Dios? Ests pregunta trasciende 20 siglos. Es tan relevante hoy día como lo fue cuando Pablo preguntó, "¿Quién nos separará del amor de Dios?" (Rom. 8:35). La victoria de Cristo sobre Satanás da confianza al cristiano de que también pueden llevar a cabo la victoria sobre Satanás. Pablo concluye resonantemente: "... ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rom. 8:38-39). Los principados demoníacos no pueden agobiar al hombre y quitar de él la promesa de la vida eterna y de la morada del Espíritu. A través de Cristo somos mas que vencedores (Rom. 8:37).

       4. La posesión demoníaca cesó en la era apostólica. En la consideración del punto de la victoria de Cristo sobre Satanás, la atención se centra en los cinco casos de posesión en Hechos (Hch. 5:16; 8:7; 16:16-18; 19:11-12; 19:13-16). Estos ocurrieron después de la resurrección de Jesús. Cuando Jesús comisionó a los doce antes de su ascensión prometió los dones espirituales de expulsar demonios, hablar en lenguas, tomar serpientes, beber veneno sin ser dañados y sanar al enfermo (Mr. 16:17-18). Estos dones espirituales formaron parte de la iglesia primitiva a medida que cumplía su misión de evangelizar al mundo. Estos casos en Hechos muestran que los apóstoles usaron los dones dados a ellos para confirmar su predicación del evangelio. Por medio de darles el poder de expulsar demonios, Jesús reconoció que la posesión demoníaca continuaría por algún tiempo después de su muerte. La victoria sobre Satanás en la resurrección de Jesús ató a Satanás de la posesión futura de las almas de los hombres por parte de los demonios. Las personas ya poseídas en la crucifixión de Jesús permanecieron así.

       Varias décadas después que Jesús prometió los dones espirituales, Pablo explicó la desaparición de aquellos mismos dones (1 Cor. 12-14). Dice, "Mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará" (1 Cor. 13:10). La desaparición gradual de los milagros en la iglesia primitiva señalaron el completamiento de la revelación de Dios, la Biblia, la cual no continuó requiriendo del apoyo de los milagros. [Para una explicación más detallada de esto, véase el folleto - "¿Ha Venido Lo Perfecto? - Una Exposición de 1 Cor. 13:8-13"; si no lo tiene, puede solicitarlo a El Ancla del Evangelio; A.A. 1254, Manizales (Caldas), Colombia, S.A.]. Con el paso de esta época también pasó el poder sobre los espíritus inmundos. Esto no dejó a los hombres impotentes puesto que Satanás fue atado de poseer nuevamente. Las personas poseídas antes probablemente desaparecieron en una generación. Prueba adicional de la desaparición de las posesiones aparece en 1 Cor. 10:13. El apóstol enseña aquí que Dios equilibra el poder tentador de Satanás para que podamos disfrutar de completa libertad en todas nuestras decisiones. Lo cual no sería posible bajo la amenaza de lo demoníaco.

       5. Satanás obra en estos días principalmente a través del engaño. Que nadie concluya falsamente que Satanás está impotente, sin energía, y sin influencia. Considere dos pasajes de la Escritura que describe la obra de Satanás en su condición restringida. El primero es 2 Corintios 11:13-14 - "Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz". Piense en este pasaje por un momento -- el engaño de Satanás es tan hábil que se presenta a sí mismo a los ignorantes como un ángel de luz. Esta obra desviada del diablo requiere discernimiento cuidadoso por parte de los cristianos. El principal instrumento de Satanás hoy día es el engaño. La idea de engaño reaparece en 2 Tesalonicenses 2:9-10 - "Inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden... " Pablo enseña que Satanás falsifica los milagros, eso es lo que significa "prodigios mentirosos". Eso ayuda una cantidad para entender la afirmación hoy día de "milagros". La Biblia habla claramente de la obra de Satanás de engañar en el extravío de las personas. Muchos se preocupan por la posesión demoníaca, pero ignoran la obra más sutil y astuta del maligno.

       El Nuevo Testamento da valor al cristiano a medida que dice en Santiago 4:7 - "... resistid al diablo, y huirá de vosotros". Uno no necesita un exorcismo, o no tiene que llamar un sacerdote, o no tiene que decir un ritual para volverle la espalda a Satanás. No hay forma en que Satanás pueda poseer el alma del hombre. Pablo declara que la razón para la armadura del cristiano es para que contrarreste los dardos de fuego del maligno. "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades ..." (Efe. 6:12). Cuando uno toma el escudo de la fe, el yelmo de la salvación, y ceñidos con la verdad, Dios fortalece y protege a esa persona de manera que Satanás no pueda llevarlo a pecar. La lucha del cristiano es contra Satanás, no contra los hombres. El poder de Satanás está restringido de manera que puede hacer a una persona solamente lo que le dé ocasión de hacer (1 Cor. 10:13).

       6. Satanás y sus ángeles serán destruidos en el fin. Al cristiano el evangelio lo mantiene a través de ese poder de Dios que sobrepasa a ese de Satanás, en vista de que sólo Dios existe eternamente. La filosofía dualista que sostiene la igualdad y eternidad de Dios y Satanás, se opone a toda enseñanza acerca de Dios y la Biblia. Dios es el Creador (Gén. 1), y Satanás vino a la existencia en algún punto en el tiempo y también será destruido en el fin. Segunda de Pedro 2:4 parece ofrecer una explicación posible del origen de Satanás como esa de rebelarse contra Dios lo cual resultó en desunión. (Véase también Judas 6).

       Apocalipsis 16:16 es citado a menudo como comprobación de la creencia de que el destino del mundo reposa en el resultado de la gran batalla futura del Armagedón entre Dios y Satanás. Ar-Megido fue un famoso campo de batalla Hebreo donde pelearon Gedeón, Saúl, Débora, y Josías. El Valle de Meguido simbolizó el conflicto de los justos y los malos en el pensamiento Hebreo. La batalla del Armagedón no era una batalla de espadas, sino de almas luchando entre el bien y el mal. En esta batalla la victoria será decidida no por medio de armas sino por medio de la justicia de Dios. La impotencia de las fuerzas de Satanás contra aquellos de Dios también es vista en Apocalipsis 12:7-9. La grandeza y poder de Dios supera grandemente a esa de Satanás. [Para una explicación mas detallada acerca del Armagedón, véase el folleto - "La Batalla del ARMAGEDON"; si no lo tiene, puede solicitarlo a El Ancla del Evangelio; A.A. 1254, Manizales (Caldas), Colombia, S.A.]. El hermano Bill H. Reeves, dice muy aptamente sobre Ap. 16:16 -

       Este nombre se compone de dos partes: Ar, significando monte; y Magedón, de Megiddo, una ciudad con aldeas (Jueces 1:27). El nombre, pues, quiere decir, Monte de Megiddo. Literalmente, eso es. Pero, ¿qué simboliza? Como Gehena literalmente era un valle al este de Jerusalén donde se quemaba basura, pero representa el tormento eterno, así es que Armagedón literalmente era un campo de batalla decisiva (Jueces 5:19), pero representa la batalla decisiva entre Dios y las fuerzas de Satanás. Esta batalla fue peleada en los primeros siglos, cuando Dios destruyó a aquel imperio romano que era la bestia bajo el control de Satanás. Fue un juicio terminante contra Roma. Fue una copa de ira. Fue una "batalla" en el tiempo; cuando Cristo venga la segunda vez, no va a haber ninguna batalla. Aplicar la llamada "batalla del Armagedón" a una cierta batalla literal en el fin del tiempo, es ignorar el mensaje principal de esta Revelación y torcer muchos pasajes del Nuevo Testamento que no son nada simbólicos, sino literales.1

       En cuanto a Ap. 12:7-9 el mismo hermano Reeves dice:

       ... No se trata de algún evento literal, sino de un evento simbólico que representa el conflicto entre el bien y el mal. El bien es dirigido por Miguel y sus ángeles, y el mal por Satanás y los suyos ... En este gran conflicto se presenta al diablo como derrotado; anteriormente tenía poder sobre el hombre, por medio del pecado, pero ahora su poder ha sido quebrado. Los v.10-11 explican la base de la victoria sobre el diablo [énfasis mío, J.R.]. "Y fue lanzado fuera", en el sentido de que ya no puede acusar a los hermanos (v.10) como lo podía hacer antes de morir Cristo por ellos y comenzar a reinar en los cielos como su gran Salvador ... Satanás perdió la batalla y fue arrojado a la tierra (símbolo de derrota). Cristo, por medio de Su encarnación y muerte en la cruz, deshizo la obra destructora de Satanás. Véanse Heb. 2:4; Jn. 12:31-33; 1 Jn. 3:8; Luc. 10:18. La profecía de Isaías (53:12) apuntaba a esta victoria sobre Satanás ("repartirá despojos"). A este pasaje agréguense Mat. 12:29; y Luc. 11:22 ... "fue arrojado a la tierra" - Aquí no se trata del origen del diablo, como tampoco en Isa. 14:12 o en Luc. 10:18. Isa. 14:12 tiene que ver con la caída del rey de Babilonia (v.4), y Luc. 10:18 con la victoria sobre Satanás que los discípulos comenzaron a experimentar, por medio del poder de Jesucristo.2

       Citando el comentario del hermano Keen Green encontramos:

       Esto no hace referencia a una verdadera batalla en el Cielo después de la cual Satanás y sus ángeles fueron literalmente arrojados. Esto no es una narración histórica literal. Esto significa la derrota de Satanás en su inflexible batalla por frustrar el propósito de Dios ... ¿Cuándo fue lanzado Satanás? ¿Cuándo fue derrotado? Los v.10-11 proveen la respuesta: "... Ahora ha venido la salvación ... porque ha salido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos ... y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte". ¿Ellos lo vencieron por qué?

       1. Por medio de la sangre del Cordero. Satanás fue derrotado para todo tiempo cuando el hijo varón se volvió victorioso sobre la muerte. En la crucifixión, el calcañar de la simiente de la mujer fue herida. En la resurrección, la cabeza de la serpiente fue aplastada. El único poder que Satanás puede tener sobre mi alma o la suya es cuando voluntariamente nos sometemos a él. Pero ¿por qué deberíamos someternos a él? El es un príncipe vencido (Jn. 12:31). Podemos resistirlo (1 Ped. 5:8-9).

       2. Y de la palabra del testimonio de ellos. La sangre y la palabra van mano a mano (Mat. 26:28). Es a través de la palabra, el Nuevo Testamento, que aprendemos cómo recibir la sangre limpiadora de Jesús.

       3. Porque menospreciaron sus vidas hasta la muerte. La seguridad del cristiano es la seguridad de su alma, no su vida (Ap. 2:10).3

       Jesús enseñó que la destrucción eterna por fuego está preparada por Dios "para el diablo y sus ángeles" (Mat. 25:41). Los demonios reconocieron que lo tal sería su destino (Mr. 1:24). Cuando llegue el fin Dios acabará con todos los poderes y autoridades malignas (1 Cor. 15:24). La Biblia enseña claramente que Dios está en completo control de su universo y que cuando llegue el fin Satanás será destruido con poco esfuerzo de parte de Dios.

       7. La así llamada moderna posesión demoníaca son perturbaciones emocionales. En vista de los numerosos reportes de supuestas posesiones demoníacas alrededor del mundo y dentro de nuestra propia sociedad, algunos pensamientos son esenciales. Los psiquiatras y psicoterapeutas están en desacuerdo con respecto a la posibilidad y realidad de los demonios en el mundo de hoy. Todos admiten que han observado casos perplejos que levantan la pregunta de la posesión demoníaca, pero solamente unos pocos designan así los casos. Tan sofisticada como es la psicoterapia hoy día, no obstante está en un estado infantil luchando plenamente por entender la mente humana. Muchas anormalidades emocionales son claramente reconocibles, mientras que otros muchos son encubiertos con falta de información.

       Varios síndromes emocionales son capaces de producir síntomas que se aproximan a la posesión - obsesión, disociación, sonambulismo, y síndromes de contagio. La obsesión (discutida en la página 18) es una condición neurótica o psicótica en que uno se siente obligado a morar en un pensamiento que es reconocido como ilógico. Las obsesiones son usualmente sintomáticos de ansiedad, culpa, y temor. Las compulsiones son actos físicos en que uno se siente obligado a obrar, aunque reconoce que lo tal es innecesario. Numerosos casos de posesión caen bien dentro del mundo del síndrome de lo obsesivo-compulsivo. Personas con poca autoestima, profundo asiento de culpa, temores, y ansiedades, pueden sentirse poseídas si también han tenido algún contacto con lo oculto.

       La disociación es una condición de tensión física en que hay una separación de la continuidad en la corriente de la conciencia. Si la estructura de la personalidad se rompe gradualmente sobre un período de tiempo, el fenómeno es llamado disolución. Si el rompimiento ocurre inesperadamente la experiencia es conocida como disrupción. Muy poco es sabido de este síndrome excepto que personas aparentemente normales empiezan a exhibir formas de conducta extremas. Algunas veces una fijación sobre algún pensamiento, tal como los demonios, caracteriza la personalidad que parece destrozarse. Esta experiencia puede ser llamada equivocadamente posesión.

       La posesión sonambuliforme es un síndrome que parece resultar de la hipnosis espontánea. En la mayoría de las formas de sonambulismo la persona simplemente camina y habla en su sueño. No obstante, en raras ocasiones, alguna mórbida tendencia puede causar movimientos involuntarios. La amnesia a menudo sigue a la experiencia de manera que la persona siente que el "demonio" viene y se va. En algunos casos raros las personas parecen comportarse como si estuvieran poseídas en tal estado hipnótico.

       El síndrome de contagio explica mejor el fenómeno de la posesión entre los miembros de una tribu primitiva. En resumen este es un grupo que experimenta hipnosis creada por un medio ambiente supersticioso. Las culturas tribales aceptan la realidad de los poderes de un médico brujo y se vuelven tan susceptibles a su magia que la mente acepta de inmediato toda palabra y acto. Puesto que la posesión demoníaca ya es aceptada y las perturbaciones emocionales raramente entendidas, las culturas tribales a menudo confunden las dos y se convencen a sí mismos de los demonios. El contagio bien puede extenderse a otros que han despreciado los tabús tribales.

       Tan poca enseñanza y entendimiento del tema de la posesión demoníaca ha creado un vacío fácilmente llenado por cualquier información, sea verdadera o novelesca. En nuestro propio tiempo libros populares, películas y programas de TV han convencido rápidamente a muchas personas que los demonios aún poseen. Con tales declaraciones como, "Bueno, ocurrió en la Biblia", muchos permanecen convencidos de la posesión demoníaca hoy día. Aunque la demonología satura a nuestro mundo de hoy, los cristianos deben reconocer la victoria de Cristo sobre Satanás. No solamente Cristo perdonó los pecados, sino que también dio la victoria para contrarrestar a Satanás. Puedan siempre los cristianos usar las bendiciones que Dios les ha dado.

    ¿PUEDE UN CRISTIANO SER POSEIDO POR LOS DEMONIOS?
       ¿Es posible para un hijo de Dios, un creyente bautizado en Jesucristo, ser poseído en algún momento por los espíritus malignos del diablo? Esta pregunta ha producido una gran cantidad de interés y consternación entre algunos. El interés es real, aún si las oportunidades de tal acontecimiento no lo son. Es para aquellos que han sido perturbados con esta pregunta que este capítulo está incluido. Dios quiere que sepamos la respuesta a esta pregunta atribuladora.

       Hay realmente tres intereses que deberían ser tratados, dos de los cuales son equivocados a menudo por la posesión demoníaca. Estos tres intereses son:
    1. La posesión demoníaca.
    2. La obsesión demoníaca.
    3. La opresión demoníaca.

    La Posesión Demoníaca
       Primero, la Biblia enseña que un cristiano, un creyente bautizado que tiene al Espíritu Santo de Dios morando en él, no puede ser poseído por un espíritu inmundo de Satanás. Esto no quiere decir que los Creyentes en Cristo antes de su conversión a Cristo no estuvieron poseídos de demonios. Antes de empezar a seguir a Cristo, María Magdalena fue víctima de la múltiple posesión demoníaca. Estuvo afligida con siete demonios que nuestro Señor expulsó (Mr. 16:9; Luc. 8:2). Leemos de un hombre que una vez estuvo terriblemente poseído por espíritus inmundos -- una "Legión" de ellos (Mr. 5:1-20). Aún Simón el mago "creyó y fue bautizado" (Hch. 8:13) y continuó con los discípulos por un tiempo. Que cayó es evidente; que fue tomado por los demonios una ves mas no lo es. No hay indicación en la Biblia de que alguien, una vez convertido en cristiano y que vivió acorde a los dictados del Espíritu Santo, fuera poseído en algún momento por los demonios.

       ¿Cómo podemos estar seguros que los cristianos no pueden ser invadidos por los demonios? Para empezar, nuestro Señor enseñó que para que un poder tome posesión del ser de una persona, ese poder tenía que someter el poder presente dentro de esa persona (Mat. 12:29). Los demonios no podían entrar en las personas a voluntad porque hay uno que es mayor, el Espíritu Santo. Aunque los demonios representa una fuente grande de poder, a Satanás; el Espíritu Santo de Dios es mucho más poderoso. "Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo" (1 Jn. 4:4). En el contexto, las personas a quienes los hijos de Dios fueron capaces de vencer fueron los falsos maestros inspirados por demonios (1 Jn. 4:1). El que estaba en ellos era el Espíritu Santo. Aquellos que estaban en el mundo eran los espíritus de Satanás. Un hijo de Dios que tenga el Espíritu Santo (Hch. 5:32) no puede ser infiltrado por los demonios.

       Pero ¿qué diremos acerca de Judas? ¿Qué diremos acerca de Ananías y Safira? ¿No eran creyentes? ¿El diablo no entró en sus vidas? Si, lo hizo. ¿Cómo fue esto posible?

       Ananías y su esposa Safira eran miembros de la iglesia en Jerusalén (Hch. 4:31-5:1). Habiendo obedecido al evangelio, deben haber recibido el Espíritu Santo porque es prometido a todos los que obedecen (Hch. 5:32). Pero el Espíritu Santo puede ser contristado por las actitudes y acciones de los creyentes (Efe. 4:30). Puede ser resistido (Hch. 7:51). En efecto, la Biblia enseña que la obra del Espíritu Santo puede ser apagada (1 Tes. 5:19). Simplemente porque fueran cristianos no significa que Satanás iba a dejarlos solos. ¿Cuándo vino a Jesús? Inmediatamente después de Su bautismo (Mat. 3:16; 4:1). Hay dos voces llamándonos en el mundo: la voz de Dios y la voz de Satanás. ¿A cuál escucharemos? ¿atenderemos? ¿obedeceremos? Este hombre y mujer escogieron escuchar a la tentación de Satanás. Mintieron al Espíritu Santo (Hch. 5:3). Las suplicas del Espíritu Santo se fueron a cero. Fue resistido. Fue mentido, contristado, y fue apagado. El hombre tiene el poder para escoger. Tal como Adán y Eva hicieron una mala elección, así lo hicieron otro marido y mujer, Ananías y Safira.

       La historia muestra cuán importante es estar lleno con el Espíritu Santo (Efe. 5.18), andar en el Espíritu, vivir en el Espíritu (Gál. 5:26). De otra manera, somos terreno despejado para el diablo. Ananías y Safira tenían el Espíritu Santo en sus vidas pero no vivieron acorde a Sus deseos.

       En el caso de Judas, ¿no dice Juan 13:2 que Satanás colocó la idea de traicionar a Jesús en su corazón? Y ¿no dice Juan 13:27 que Satanás entró en Judas? Sí, a ambas preguntas. Pero ¿qué prueba esto? Solamente que una persona no espiritual es fácil presa para las maquinaciones del diablo. Judas no era un "cristiano" como usamos el término hoy día. Cierto, fue escogido por Cristo pero solamente "... para que la Escritura se cumpliese" (Jn. 17:12; 18:9; Sal. 109:8; Hch. 1:20). Judas era un alma insensible, un ladrón que a menudo desfalcó el tesoro del Señor y los apóstoles (Jn. 12:6). Ciertamente cualquiera en esa condición calamitosa es terreno abonado para los poderes de las tinieblas.

       Nos gusta lo que Don DeWelt dice acerca de la imposibilidad de los demonios poseyendo a los creyentes: "Necesitamos recordar que ninguna mención es hecha jamás de la presencia del Espíritu Santo cohabitando la misma persona con un demonio o demonios. No hay registro de posesión demoníaca y de posesión del Espíritu Santo en la misma persona. No deseamos tener en menos el poder del maligno ni ignorar el ataque sobre los cristianos por parte de los demonios, pero enfatizamos nuevamente: los demonios y el Espíritu Santo no viven en la misma persona. Si usted tiene el Espíritu Santo (y lo tiene si es cristiano, Rom. 8:9), entonces usted no puede ser poseído por los demonios. Usted puede ser tentado y afligido penosamente pero no poseído" (El Poder del Espíritu Santo, Vol. 4, Pág. 449).

    La Obsesión Demoníaca
       La posesión demoníaca fue algo asustadoramente real. La obsesión demoníaca puede ser tan aterradora, aún cuando la persona no está realmente poseída por un espíritu inmundo. ¿Qué queremos decir por obsesión demoníaca? En la posesión demoníaca, una persona es tomada realmente por un demonio. En la obsesión demoníaca, una persona está solamente intrigada con el tema de la demonología, sea bíblica o de otra manera. O, como Ben Alexander, un ex médium espiritista, dice, "Ser poseído significa estar controlado por un demonio. La persona que está obsesionada con los demonios cree estar poseída por un demonio pero en realidad no lo está" (La Posesión Demoníaca, Pág. 2).

       Hay un número de "alimentadores" impíos que hacen que las personas estén obsesionadas con el tema de la demonología. Sin duda, Satanás usa estos médiums modernos para ayudar en su causa no santa. La Biblia nos advierte a no ser ignorantes de sus maquinaciones (2 Cor. 2:11).

       1. Uno de estos recursos demoníacos son las novelas que glorifican y tornan encantador el mundo de lo oculto. Una mirada rápida a los betsellers de hoy revela un número alarmante de libros que dan importancia a lo oculto -- demonismo, exorcismo, brujería, Satanismo. Tal literatura, si aún podemos usar ese término aquí, está llena de violencia y sexo explícito -- productos gemelos del demonismo. ¿Cómo puede alguien alimentar su mente con tales libros y no ser afectado adversamente? "Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él" (Pr. 23:7). Somos lo que pensamos. Si nos estamos sometiendo a nosotros mismos a tal basura, pronto estaremos obsesionados con esto. Miles están obsesionados con los demonios a causa de estas novelas que son las más vendidas.

       2. Otro recurso demoníaco son las películas y los programas televisivos que se enfocan en las prácticas ocultas. Muchas de estas películas o especiales de televisión son tomados de libros sobre el demonismo tales como "El Bebé de Rosemary" y el "Exorcista". Hollywood es capaz de intensificar el horror del mundo de los demonios con toda clase de habilidad artística y horrible. Muchas personas que observan estas filmaciones se alejan pensando que están poseídas por entidades malignas. Indecible el daño psicológico que ha sido producido a las masas, especialmente en los niños, que observan tales películas. La Biblia dice, "No pondré delante de mis ojos cosa injusta. Aborrezco la obra de los que se desvían; ninguno de ellos se acercará a mí. Corazón perverso se apartará de mí; no conoceré al malvado" (Sal. 101:3-4). Tal debería ser la respuesta del creyente a lo que ofrece Hollywood.

       3. Cierta música lírica son demoníacas en origen y producen obsesión demoníaca. El joven David fue capaz de calmar al espíritu que perturbaba al rey Saúl con la hermosa música de su arpa (1 Sam. 16:16-23). Pero la música también puede crear bestias salvajes. Eso es a causa de la fuente de "inspiración" detrás de esto demoníaco. Varios de los artistas registrados en el campo de la música rock admiten que están envueltos con el mundo espiritual. Sus canciones proclaman al príncipe de las tinieblas, a Satanás. Las drogas, el sexo, la violencia -- aún el suicidio -- son los temas torcidos de algunas canciones del rock. Las drogas, el sexo, la violencia y la manía suicida no pueden ser separados del demonismo. Exactamente como una mirada a la industria de la música en video es suficiente para convencer a cualquier persona espiritual que los demonios han invadido el mundo obscuro, demencial de la moderna música rock.

       4. Hay varios juegos de mesa que deberían ser evitados a toda costa, especialmente por los jóvenes. Ben Alexander llama a la Tabla Ouija, el "juego" más vendido; "la puerta a lo oculto". Alexander testifica, "Realmente no hay poder en la tabla o trípode mismo, sino que el poder está en la persona que permite a aquellos del mundo de los espíritus que lo controlen. La tabla Ouija es ciertamente la puerta al espiritismo y a las prácticas ocultas. Las personas empiezan jugando con una tabla Ouija; luego empiezan a experimentar con escritos automáticos (cuando el espíritu usa las manos de una persona para escribir mensajes). Pronto están acomodados en las mismas profundidades de lo oculto. Usar la tabla Ouija es practicar una forma de adivinación -- el arte de obtener información secreta del mundo de los espíritus -- y podría ser llamado un tipo de sesión" (El Espiritismo: Instrumento de Satanás, El Centinela, Enero 20, 1980). La Palabra de Dios prohibe estrictamente el contacto con el mundo de los espíritus (Deut. 18:10-12; Lev. 19:31; 20:6,27; 1 Cr. 10:13-14; 2 Rey. 21:6; 23:24; Isa. 8:19-20, etc.). Otro juego de mesa, "Calabozos y Dragones", ha sido llamado "la forma más popular de brujería en América hoy día". Tanto como 4 millones de personas, la mayoría adolescentes y adultos jóvenes, juegan C & D. El "juego", responsable por cerca de dos docenas de asesinatos y suicidios, está inseparablemente encadenado con el despreciable mundo de los demonios y estimula simuladamente a la tortura, estrangulación, sacrificio humano, asesinato, sadismo, maldiciones de enfermedades y otras formas de violencia entre sus participantes. Algunas personas, desafortunadamente, están cumpliendo literalmente estas fantasías demoníacas.

       5. El mundo obscuro de los demonios aún ha extendido sus dedos malignos hasta el mundo de los niños a través de juguetes y dibujos animados en la TV los Sábados en la mañana. Un día mi esposa y yo fuimos de compras a un almacén de juguetes en un gran centro comercial. No podíamos creer las figuras siniestras en los anaqueles de los "juguetes". Brujas, hechiceros, lagartos con lenguas en forma de flechas y ojos malignos. "Héroes" y "heroínas" casi desnudos, supuestamente representando las fuerzas del bien. ¿Son estos los héroes de los niños de nuestro país? No nos sorprendamos que tengamos un problema creciente de violencia. Solamente de una mirada a la pantalla del TV el Sábado por la mañana que revelará la incursión que ha hecho el demonismo en los "dibujos animados". ¡Bugs Bunny y el cerdito Porky no lo son! Un ministro lamentó el hecho de que los niños en su congregación trajeran sus juguetes misteriosos y horripilantes con ellos a la escuela del Domingo en lugar de sus Biblias. ¡Y algunos creen que no tenemos ningún problema! El verdadero problema es que los padres delinquen cuando están fallando en monitorear la selección de los juguetes y dibujos animados de sus hijos.

       En adición a tales cosas como películas, programas en TV, música, juegos y literatura, Charles R. Swindoll advierte de "verdaderas prácticas ocultas" -- "Aquellas cosas que vienen con el contacto demoníaco: magia negra, astrología, fetiches y talismanes, adivinar la suerte, sesiones espiritistas, brujería, quiromancia, espiritismo, ESP (percepción estrasensorial), dibujos de brujas y propaganda de lo oculto, muñecos voodoo, velas con significancia oculta, incienso, superstición excesiva, practicas religiosas que enfatizan el emocionalismo, cultos, adoración a Satanás, las cartas del Tarot, y prácticas ocultas relacionadas" (Satanás .. lo Oculto, Págs. 12-13).

    La Opresión Demoníaca
       Tercero, hay la opresión demoníaca. ¿Qué queremos decir con este término? Los cristianos son oprimidos -- acosados y molestados -- por los demonios de Satanás. Se arrojan contra nosotros con todo lo que el infierno tiene para ofrecer. Buscan obstaculizar nuestro crecimiento y desarrollo espiritual. Aún el gran apóstol Pablo fue obstaculizado por Satanás en varias ocasiones (1 Tes. 2:18; Rom. 1:13; 15:22). Prudentemente nos recuerda que nuestra batalla no es contra carne y sangre sino contra los poderes invisibles e inmundos (Efe. 6:12).

       Tome la oración como ejemplo. Todo creyente sabe que deberíamos orar más a menudo y con más fervor. ¿Por qué no oramos? A causa de la opresión demoníaca. El diablo no quiere que los cristianos oren. Tiembla a la vista de un santo débil sobre sus rodillas. El diablo conoce el poder de la oración. El y su cohorte impía harán todo en su poder para impedirnos de la "dulce hora de la oración".

       La opresión demoníaca también disminuye nuestros esfuerzos por leer y estudiar la Palabra de Dios. Hay veces cuando no sentimos el deseo de estudiar la Biblia. ¿Quién puso ese sentimiento ahí? Ciertamente no fue Dios. Dios quiere que leamos Su Palabra. El diablo y los demonios, sabiendo lo que ella dice acerca de ellos y lo que esta puede hacer por un creyente sincero, obstaculiza nuestros esfuerzos en el estudio de la Biblia. La Palabra de Dios da luz y entendimiento (Sal. 119:130). Esa es la última cosa que los gobernadores del mundo de las tinieblas quieren que tengamos. Aman las tinieblas y quieren mantenernos en la obscuridad (2 Cor. 4:4). El creyente debe aprender a disciplinarse a sí mismo cuando sea tentado a no leer la Biblia. Tal opresión es de lo más hondo del mundo.

       Los cristianos también son oprimidos por el mundo de los espíritus para que no traten y ganen personas para Cristo. ¿Cuántas veces los cristianos se han dado a la opresión impía? Sabemos que hay personas a las que se les debería hablar acerca de Cristo. Sabemos que están perdidas sin El. Creemos que tenemos la verdad que puede salvarlos y liberarlos. Pero algo nos agarra de atrás. ¿Qué es? El temor. La Biblia nos dice que Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía (2 Tim. 1:7). ¿Entonces quién? Satanás y sus espíritus. A causa de su inyección impía de temor en nuestras vidas, a menudo no intentamos ganar personas para Cristo. ¡Que tragedia!

       Muchos maestros y predicadores han experimentado de primera mano los efectos entorpecedores de los demonios. Algunas veces es extremadamente difícil estudiar o preparar una lección o un sermón. Algunas veces no hay el deseo de hacerlo así. Otras veces, hay un sentido de vacilación de realmente enseñar y predicar todo el consejo de Dios. ¿Quién es el responsable por este deseo y celo vacío? Su invitado. La última cosa en la tierra que los demonios quieren es que las almas escuchen una clara presentación del evangelio. Buscan desanimar a los maestros de la Biblia y predicadores de hacer la correcta presentación y poderosa presentación que el evangelio merece.

       Familias enteras pueden ser oprimidas por el maligno mundo de los demonios. Buscan separar a los miembros de la familia. Las relaciones marido-mujer a menudo son tormentosas. Las relaciones padre-hijo son afectadas adversamente. Aún los hijos tienen ráfagas unos con otros. Esto, ciertamente, no es el plan de Dios para el hogar. Su plan está maravillosamente expuesto en las Escrituras como Efesios 5:21-6:4. Satanás arruinó a la primera familia en la tierra (Gén. 3:1-4:15) y no estará contento hasta que arruine a la última familia unida sobre el planeta tierra. Sus obreros impíos, los demonios, buscan oprimir el hogar cristiano con todo medio imaginable -- incluyendo tales cosas "inocentes" e "inofensivas" como ciertos juguetes, juegos, libros, música, literatura y programas de televisión.

    Resumen
       Los cristianos llenos del Espíritu no pueden ser poseídos por los demonios. Aquellas cosas que pueden causar la obsesión demoníaca deberían ser borradas de nuestras vidas. La opresión demoníaca puede y le ocurre a los cristianos. Por eso es que es tan importante que nos vistamos de "toda la armadura de Dios" y estar firmes contra las asechanzas del diablo (Efe. 6:10-18).

    ¿Pueden Los Cristianos Arrojar Demonios?
       ¿Hoy día los cristianos están investidos con el poder para arrojar demonios? ¿Estamos supuestos a hacerlo? ¿Somos descuidados si fallamos en hacerlo así? ¿Quiere Dios que estemos envueltos en un ministerio de "liberación"? Creemos que no. Por una cosa, a los cristianos nunca se les ha ordenado expulsar demonios. Aquellos que argumentarán con esto e irán a Marcos 16:17 para "la autoridad del creyente"; necesitan leer todo el contexto. Jesús había acabado de reprender a los once por su falta de fe (Mr. 16:14). Cuando empezaran a creer realmente que El era el Cristo resucitado, serían capaces de expulsar demonios. Esta sería una señal que los seguiría a ellos en su ministerio. ¿Lo hicieron? Por supuesto. "Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabras con las señales que la seguían" (Mr. 16:20). ¿Qué señales? La de expulsar demonios, y hablando en lenguas, y no sufriendo daño por serpientes y bebedizos mortales; y por medio de sanar enfermos. ¿Por qué los exorcistas y milagreros modernos no afirman el poder para manejar víboras o sorber estricnina? [Estricnina = nombre de diversas plantas, casi todas venenosas]. Algunas personas lo hacen y finalmente pagan el precio de su necedad.

       ¿Deberían los cristianos envolverse en ministerios de "liberación"? Escuche a Ben Alexander: "El Nuevo Testamento no solamente nos manda a predicar a Cristo, sino que también nos advierte acerca de los enemigos de nuestras almas -- los demonios. No deben ser tomados ligeramente. Sin embargo, los cristianos pueden ser desviados para que lleguen a hacer del exorcismo de demonios un ministerio. Se vuelven obsesionados con tratar de expulsar demonios. Esta práctica es inconsistente con la Palabra de Dios. Durante los últimos años he escuchado a exorcistas llamar a todo pecado y enfermedad un demonio. Estos así llamados ministros liberadores van a las iglesias y le dicen a los cristianos que si ellos tienen ciertas características están poseídos por el demonio. Los invitan para que pasen adelante y empiezan a expulsar demonios de cáncer, demonios de úlceras estomacales, demonios de diabetes, etc. Luego empiezan a atacar los demonios de los pecados: lascivia, codicia, chisme, mentira, homosexualidad. La lista es sin fin. No contentos con los demonios de pecado y enfermedad empiezan a expulsar demonios de soledad, pobreza, depresión. Para el tiempo en que el exorcista ha terminado, casi todo cristiano en la iglesia cree que tiene un demonio.

       "El problema con esta clase de pensamiento es que la culpa de pecado es removida de la persona implicada y la culpa es colocada sobre el demonio. Dios nos tiene como los personalmente responsables y autores de nuestros pecados (Mat. 15:19)". En ninguna parte dice el Nuevo Testamento que la posesión demoníaca es la causa del pecado. Tampoco toda enfermedad está relacionada con la posesión demoníaca. La mayoría de las enfermedades no tuvieron ninguna relación con los demonios cualquiera que fuera. Debemos evitar dos extremos de pensamiento:

       (1) No creer que los demonios existen.
       (2) Echarle la culpa a los demonios por todos los pecados y enfermedades.

       Es completamente evidente que la posesión demoníaca era una condición real que existió en el primer siglo. Permitió una oportunidad para que Jesús y Sus discípulos demostraran el poder de Dios sobre Satanás, glorificando de esta manera el nombre del Todopoderoso. Satanás ahora está atado (Mat. 12:28-29), y los demonios no tienen este poder de morar hoy día. No sea engañado por aquellos que están enseñando error en este respecto.

    _______________
    Anotaciones al Pie
    1 Notas Sobre Apocalipsis, por Bill. H. Reeves, Pág. 57.
    2 Ibíd, Págs. 43-44.
    3 Sermones Radiales Sobre el Libro del Apocalipsis, por Keen Green; Págs. 98-99.
    
    


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